El blog: La lactancia
Hace dos años agregué a mi delantal blanco un pañal de género e implementé en mi auto una silla de bebé. La lactancia no me tomó por sorpresa ya que teóricamente la conocía; sin embargo, todo se volvió nuevo al momento de estar frente a mi hijo recién nacido. Todos los consejos e indicaciones que me pudieron haber dar mi matrona, ginecólogo, familia y amigas, quedaron bloqueados ante mi nueva realidad. Es una experiencia que no cambiaría por nada, pero me atrevo a reconocer que es un aprendizaje complejo.
Según la World Health Organization, prácticamente todas las mujeres pueden amamantar, siempre que dispongan de buena información y del apoyo tanto de su familia como del sistema de salud. Entonces, si organizaciones tan importantes como la OMS nos indican que la lactancia es posible de ejecutar para casi todas las mujeres... ¿por qué un gran porcentaje no lo logra o termina prontamente la lactancia exclusiva?* Este es el tema que vamos a abarcar en esta primera parte del blog. En aras, de la semana de la lactancia materna, estuve revisando un artículo de la WHO referente a apoyar la lactancia, en todos los lugares, tanto públicos como privados y llamó mi atención leer tantos comentarios negativos respecto a la "exposición del cuerpo femenino en lugares públicos", pues se supone que "causa desagrado, es inmoral e innecesario".
Pese a vivir en el 2019, aún se dan comentarios de está índole. Seguro que cualquier madre primeriza se sentirá intimidada cuando su hijo le pida lactar en un lugar que no sea su casa. Por eso, la concienciación, debe hacerse a todos los grupos etarios, para que en algún momento rompamos por completo esta barrera. La primera vez que personalmente lo viví sentí vergüenza e incluso hasta algo de miedo. Vergüenza, ya que no quería que extraños vieran una parte íntima de mi cuerpo y miedo por las posibles reacciones que las personas pudieran haber tenido hacia mí. Sin embargo, me armé de valor, pues mi hijo, aún pequeño, no tomaba biberón y tenía hambre. Pude dar de lactar sin mayores complicaciones y sintiendo que había "ganado", ya que al final, todos mis miedos se derrumbaron. Hoy en día sigo sintiendo algo de inseguridad, aunque confieso que cada vez menos, y al pensar en todos los beneficios que obtiene mi hijo, compenso todos los sentimientos de miedo e inseguridad que puedo sentir. Por eso, me atrevo a invitar a todas las madres a animarse a dar de lactar en el lugar y hora que su hijo/a lo solicite.
*Durante los primeros seis meses de vida el niño/a debe recibir lactancia materna exclusiva.